Este diseño tiene una historia muy especial.
Cuando era pequeña, mi abuela —como tantas otras abuelas llenas de cariño y carácter— solía llamarme “mala pécora” cuando hacía alguna travesura. Nunca como un reproche, sino con esa mezcla de ternura y picardía que solo las abuelas saben tener.
Años después, quise rendirle homenaje con este diseño: una forma divertida y nostálgica de recordar esas palabras que marcaron mi infancia y que, hoy, me sacan una sonrisa cada vez que las oigo.
Cada neceser está hecho con amor, con el mismo cariño que mi abuela ponía en todo lo que hacía.
Porque ser una mala pécora no es nada malo… es ser auténtica, libre y un poquito traviesa. ❤️
“Un guiño a esas abuelas que nos enseñaron a ser nosotras mismas.”